Quiero cortarme y sangrar, cortar de lado mis preocupaciones y carencias. Que la sangre fluya y los arpones floten.
Quiero sentir el suave abrazo de la soga en mi cuello. Mis ojos saliendo de sus cuencas desoladas. Ver la muerte buscarme por primera vez ser recibido sin pedirlo.
Quiero ver las lágrimas sobre mi ataúd, hartado de alegóricas flores pretendiendo adornar lo que un día fue un muerto sin andar.
Quiero saltar desde el piso veinte de un edificio y conocer el concreto como nunca nadie lo ha hecho sé que no quiero vivir en concreto.
Para finalizar, antes del final, quiero morir en el mar de tus ojos derretidos, y terminar en tus melancólicas clavículas.