De veras que no sé qué hacer contigo, oh César, hasta ayer blanda pelusa. Llena de rebelión está tu blusa, y aunque no quieras ya eres mi enemigo.
Alzo la voz, levanto el dedo y digo esto y lo otro, en fin, lo que se usa... ¡Si hasta te inspira ya contraria musa y, a tu padre, prefieres a tu amigo!
En medio del hogar roja amapola, sangre argentina y gala y española, no seré yo quien tire de tu brida.
Sencillamente me pondré a tu lado, te enseñaré a ser limpio y ordenado, y lo demás te lo dará la vida.