Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
¿Habrá en el mundo vacas más benignas que éstas?
Se anuncian con un claro cencerro matinal,
y en las ruidosas puertas de hoteles y pensiones,
al pie de las crías flacas, se dejan ordeñar.

Viven en pobres tambos, pacen escasa hierba,
entre piedra y arena, tamarisco y cardal;
pero siempre rebosan medio litro de leche
para los niños tristes que envía la ciudad.

Y, su misión cumplida, se van sin un mugido,
subiendo cuestas agrias con lenta majestad.
Mas yo sé cómo sigo, ellas no saben nada,
su campaneo de oro por la orilla del mar.
176
 
Please log in to view and add comments on poems