Pedazo de verde banco que ocupo ahora otra vez... Pienso en la ola y el pez y el faro tuerto y blanco. Yo tuve un día a mi flanco otro río de calor, alguna cintura en flor, hasta en este propio asiento. Hoy sólo me roza el viento, blando, como ayer, de amor.
Si puede no escriba más esta estrofa dura y leda, celebraré la alameda que no se acaba jamás. El leve y vario chis chas que hacen entre sí las hojas, las últimas nubes rojas, el río, ***** del todo, mi bastoncillo, mi codo, y mis dos rodillas flojas.