Pintad un hombre joven... con palabras leales y puras; con palabras de ensueño y de emoción: que haya en la estrofa el ritmo de los golpes cordiales y en la rima el encanto móvil de la ilusión. Destacad su figura, neta, contra el azul del cielo, en la mañana florida, sonreída: que el sol la bañe al sesgo y la deje bruñida, que destelle en los ojos una luz encendida, que haga temblar las carnes un ansia contenida y que el torso, y la frente, y los brazos nervudos, y el cándido mirar, y la ciega esperanza, compendien el radiante misterio de la vida...