La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga. Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blanco hace llorar de lástima. ¡Dos ramas en el tronco herido, y una hoja marchita y negra en cada rama! ¿Lloras?... Entre los álamos de oro, lejos, la sombra del amor te aguarda.