Esta luz de Sevilla... Es el palacio donde nací, con su rumor de fuente. Mi padre, en su despacho. -La alta frente, la breve mosca, y el bigote lacio-.
Mi padre, aún joven. Lee, escribe, hojea sus libros y medita. Se levanta; va hacia la puerta del jardín. Pasea. A veces habla solo, a veces canta.
Sus grandes ojos de mirar inquieto ahora vagar parecen, sin objeto donde puedan posar, en el vacío.
Ya escapan de su ayer a su mañana; ya miran en el tiempo, ¡padre mío!, piadosamente mi cabeza cana.