Señor, me cansa la vida, tengo la garganta ronca de gritar sobre los mares, la voz de la mar me asorda. Señor, me cansa la vida y el universo me ahoga. Señor, me dejaste solo, solo, con el mar a solas. O tú y yo jugando estamos al escondite, Señor, o la voz con que te llamo es tu voz. Por todas partes te busco sin encontrarte jamás, y en todas partes te encuentro sólo por irte a buscar.