Ante el acorde vuelo epistolar que orquesta la Stradivarius Lila el balbuciente arpegio tras la barbasordina sobre las niñaslámparas que tan celestemente alucinan tu sala con su silencioaraña sus sorbos de crepúsculo y ese caballo muerto en el espejo por tu arcángelrelámpago.
Noche tras noche y tardes presencié el desdibujo prolijamente exacto de sus nublados gestos musicales y sus yacentes diálogos ante lacios retratos en siemprevela ardida y parpadeantes copas de fiebre alcohol latido y una vez más sin máscara de exasperante grillo conyugal Aristarco quiero darte las gracias por la capota en llanto los guantes esponsales y el diáfano misterio que estremece tus hojas de angelcustodio mío.