Dime, del tiempo resonando en tu esfera parcial y dulce no oyes acaso el sordo gemido?
No sientes de lenta manera, en trabajo trémulo y ávido, la insistente noche que vuelve?
Secas sales y sangres aéreas, atropellado correr ríos, temblando el testigo constata.
Aumento oscuro de paredes, crecimiento brusco de puertas, delirante población de estímulos, circulaciones implacables.
Alrededor, de infinito modo, en propaganda interminable, de hocico armado y definido el espacio hierve y se puebla.
No oyes la constante victoria en la carrera de los seres del tiempo, lento como el fuego, seguro y espeso y hercúleo, acumulando su volumen y añadiendo su triste hebra?
Como una planta perpetua aumenta su delgado y pálido hilo mojado de gotas que caen sin sonido en la soledad.