Los ojos se me fueron detrás una morena que pasó. Era de nácar *****, era de uvas moradas, y me azotó la sangre con su cola de fuego. Detrás de todas me voy. Pasó una clara rubia como una planta de oro balanceando sus dones. Y mi boca se fue como con una ola descargando en su pecho relámpagos de sangre. Detrás de todas me voy. Pero a ti, sin moverme, sin verte, tú distante, van mi sangre y mis besos, morena y clara mía, alta y pequeña mía, ancha y delgada mía, mi fea, mi hermosura, hecha de todo el oro y de toda la plata, hecha de todo el trigo y de toda la tierra, hecha de toda el agua de las olas marinas, hecha para mis brazos, hecha para mis besos, hecha para mi alma.