Oh pedazo, pedazo de miseria, ¿en qué vida tienes tus manos albas y tu cabeza triste? ...Y tanto andar, y tanto llorar las cosas idas sin saber qué dolores fueron los que tuviste.
Sin saber qué pan blanco te nutrió, ni qué duna te envolvió con su arena, te fundió en su calor, sin saber si eres carne, si eres sol, si eres luna, sin saber si sufriste nuestro mismo dolor.
Si estás en este árbol o si lloras conmigo, ¿qué es lo que quieres, pedazo de miseria y amigo de la cansada carne que no quiere perderte?
Si quieres no nos digas de qué racimo somos, no nos digas el cuándo, no nos digas el cómo, pero dinos adónde nos llevará la muerte...