Puentes: arcos de acero azul adonde vienen a dar su despedida los que pasan -por arriba los trenes, por abajo las aguas-, enfermos de seguir un largo viaje que principia, que sigue y nunca acaba. Cielos -arriba-, cielos, y pájaros que pasan sin detenerse, caminando como los trenes y las aguas.
Qué maldición cayó sobre vosotros? Qué esperáis en la noche densa y larga con los brazos abiertos como un niño que muere a la llegada de su hermana?
Qué voz de maldición pasiva y negra sobre vosotros extendió sus alas, para hacer que siguieran el viaje que no acaba los paisajes, la vida, el sol, la tierra, los trenes y las aguas, mientras la angustia inmóvil del acero se hunde más en la tierra y más la clava?