Recuerdo en medio de un trigal una amapola morada aún más sedosa que la seda y con aroma de serpiente. Lo demás era la aspereza del trigo corrado y dorado.
Yo me enlacé más de una vez al lado de una trilladoracon una manzana campestre de **** abierto y repentino y quedó en la paja temblando un olor a ***** y a luna.