Aún alegran tu calle los viejos mediodías y la sombra del álamo refresca tu portal, todo está como entonces, cuando tú me querías, pero ya no me quieres, y todo sigue igual.
Sin embargo, no importa, yo sé que me quisiste más allá de aquel beso, de aquel que no te di, y sé que alguna noche te irás quedando triste al ponerte un vestido que me gustaba a mí.