Esta noche pasaste por mi camino y me tembló en el alma no sé qué afán, pero yo estoy consciente de mi destino que es mirarte de lejos y nada más.
No, tú nunca dijiste que hay primavera en las rosas ocultas de tu rosal. Ni yo debo mirarte de otra manera que mirarte de lejos y nada más.
Y así pasas a veces tranquila y bella, así como esta noche te vi pasar. Más yo debo mirarte como una estrella que se mira de lejos y nada más.
Y así pasan las rosas de cada día, dejando las raíces que no se van. Y yo con mi secreta melancolía de mirarte de lejos y nada más.
Y así seguirás siempre, siempre prohibida, más allá de la muerte, si hay más allá. Porque en esa vida, si hay otra vida, te miraré de lejos y nada más...