Mejor no quiero verte... Sería tan sencillo cruzar dos o tres calles y tocar en tu puerta...
Y tú me mirarías con tus ojos sin brillo, sin poder sonreírme: Con tu sonrisa muerta.
Mejor no quiero verte; porque va a hacerme daño pasar por aquel parque de la primera cita. Y no sé si aún florecen los jazmines de antaño, ni sé quién es ahora la mujer más bonita.
Mejor no quiero verte; porque andando en tu acera, sentiré casi ajeno todo lo que fue mío. Aunque es sólo una esquina donde nadie me espera, y unos cristales rotos en un balcón vacío.
Sí. Seguiré muriendo de mi pequeña muerte de hace ya tantos años, el día que me fui. Pues por no verte vieja, mejor no quiero verte. Pero tampoco quiero que me veas tú a mí.