No despiertes jamás para vivir tu sueño porque el sueño es un viaje más allá del olvido. Tu pie siempre es más firme después de haber caído. Sólo es grande en la vida quien sabe ser pequeño.
El amor llega y pasa como un dolor risueño, como una rama seca donde retoña un nido. Sólo tiene algo suyo quien todo lo ha perdido. Nadie es dueño de nada sin ser su propio dueño.
La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo.
Y aprende que el camino nace del caminante, pues, por más que ambiciones, humilde o arrogante, sólo has de ser el dueño de lo que eres esclavo.