Será algún día, sólo sé que será algún día, un día igual a todos, que sé que ha de llegar, mi voz se hará de seda para decirte: Mía; y saldrán a mirarte mis ojos de soñar.
Tu estarás más bonita que nunca, si es posible; yo, verdaderamente, no sé cómo estaré, quizá algo confuso, tal vez más apacible acaso un poco triste, en fin, ya lo sabré.
Irás a oír conmigo la charla de la fuente que menciona los versos con que te enamoré; tu bajarás los ojos y dirás dulcemente: «Qué bello es el amarnos»... Y yo te besaré.
Yo no sé si habrá luna la noche de ese día, ni si al día siguiente lo podré asegurar. Pero sí sé que nunca te sentiré más mía, Pero sí sé que nunca se me podrá olvidar.