¿Ya has soñado una meta o elegido un camino, caminante? ¿Has pensado honda y valientemente en morir? ¿Ya has lanzado la divina simiente, la simiente fatal, en el surco divino?
¿Ya has negado tres veces la fuerza del destino, y has querido tres veces ir contra su corriente, y tres veces tu barca se ha undido lentamente? ¿Ya has bebido, en la copa de la esperanza, vino,
y de la embriaguez dulce, supremo letargo, has vuelto en ti de pronto, más triste y menos fuerte, con la mirada turbia y con el labio amargo?
¿Ya has visto tu camino, de la coqueta suerte al favor o desdén, o muy corto o muy largo? Pues crúzate de brazos; No tardará la muerte.