¡Luna! ¡Corona de una testa inmensa, que te vas deshojando en sombras gualdas! ¡Roja corona de un Jesús que piensa trágicamente dulce de esmeraldas! ¡Luna! Alocado corazón celeste ¿porqué bogas así, dentro la copa llena de vino azul, hacia el oeste, cual derrotada y dolorida popa? ¡Luna! Y a fuerza de volar en vano, te holocaustas en ópalos dispersos: tú eres tal vez mi corazón gitano que vaga en el azul llorando versos!...