Me siento bien. Ahora brilla un estoico hielo en mí. Me da risa esta soga rubí que rechina en mi cuerpo. Soga sin fin, como una voluta descendente de mal... Soga sanguínea y zurda formada de mil dagas en puntal. Que vaya así, trenzando sus rollos de crespón; y que ate el gato trémulo del Miedo al nido helado, al último fogón. Yo ahora estoy sereno, con luz. Y maya en mi Pacífico un náufrago ataúd.