En las viejas telarañas de la tristeza suelen caer las moscas de sartre pero nunca las avispas de aristófanes
uno puede entristecerse por muchas razones y sinrazones y la mayoría de las veces sin motivo aparente sólo porque el corazón se achica un poco no por cobardía sino por piedad
la tristeza puede hacerse presente con palabras claves o silencios porfiados de todas maneras va a llegar y hay que aprontarse a recibirla
la tristeza sobreviene a veces ante el hambre millonaria del mundo o frente al pozo de alma de los desalmados
el dolor por el dolor ajeno es una constancia de estar vivo
después de todo / pese a todo hay una alegría extraña / desbloqueada en saber que aún podemos estar tristes