Nunca me ha sido fácil encontrar la almohada adecuada a mis sueños a su medida exacta en la cabeza noche se cruzan las fatigas se ahondan las arrugas de la pobre vigilia en la cabeza noche huyen despavoridos los árboles los muros los cuerpos de aluminio yo no elijo mis sueños es la almohada / es ella la que los incorpora en desorden de feria mucho menos elijo las pesadillas locas esos libros del viento sin letras y sin hojas pero al cabo de tantas almohadas sin cuento sin historia y sin alas como siempre prefiero la de tu vientre tibio cerca cerca cerquita del refugio imantado de tus pechos de vida.