Cuando a uno lo expulsan a patadas del sueño el amanecer es siempre una modorra se emerge de ese ensayo de muerte todavía sellado por la víspera si fue de odios con rezagos de odio si fue de amor con primicias de amor
pero el día empieza a convocarnos y es distinto de todos los demás tiene otra lluvia otro sol otra brisa también otras terribles confidencias
así empieza el diálogo con la jornada la discusión el trueque de rencores y de pronto el abrazo porque hay días repletos de soberbia días que traen mortales enemigos y otros que son los compinches de siempre días hermanos que nos marcan la vida
así ocurren sabores sinsabores manos que son cadenas mujeres que son labios ojos que son paisaje
y cuando al fin lo expulsan a uno de la vigilia se emerge de ese ensayo de la vida con los ojos cerrados y despacito como buscando el sueño o la cruz del sur se entra a tientas en la noche anónima.