De carrasco a aeroparque y viceversa vas y venís con libros y bufandas y encargos y propósitos y besos
tenés gusto a paisito en las mejillas y una fe contagiosa en el augurio vas y venís como un péndulo cuerdo como un comisionista de esperanzas o como una azafata voluntaria tan habituada estás a los arribos y a las partidas un poquito menos
quién iba a imaginar cuando empezábamos la buena historia hace veintiocho años que en un apartamento camarote donde no llega el sol pero vos sí íbamos a canjear noticia por noticia sin impaciencia ya como quien suma
y cuando te dormís y yo sigo leyendo entre cuatro paredes algo ocurre
estás aquí dormida y sin embargo me siento acompañado como nunca.