El cielo de veras que no es éste de ahora el cielo de cuando me jubile durará todo el día todo el día caerá como lluvia de sol sobre mi calva.
Yo estaré un poco sordo para escuchar los árboles pero de todos modos recordaré que existen tal vez un poco viejo para andar en la arena pero el mar todavía me pondrá melancólico estaré sin memoria y sin dinero con el tiempo en mis brazos como un recién nacido y llorará conmigo y lloraré con él estaré solitario como una ostra pero podré hablar de mis fieles amigos que como siempre contarán desde Europa sus cada vez más tímidos contrabandos y becas.
Claro estaré en la orilla del mundo contemplando desfiles para niños y pensionistas aviones eclipses y regatas y me pondré sombrero para mirar la luna nadie pedirá informes ni balances ni cifras y sólo tendré horario para morirme pero el cielo de veras que no es éste de ahora ese cielo de cuando me jubile habrá llegado demasiado tarde.