El silencio del mar brama un juicio infinito más concentrado que el de un cántaro más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue la muerte azul de las medusas nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo es insensible como un dios y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él ni que conjuro deja en mis tobillos pero cuando estos ojos se hartan de baldosas y esperan entre el llano y las colinas o en calles que se cierran en más calles entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede salvarme.