La mujer que tiene los pies hermosos nunca podrá ser fea mansa suele subirle la belleza por totillos pantorrillas y muslos demorarse en el ***** que siempre ha estado más allá de todo canon rodear el ombligo como a uno de esos timbres que si se les presiona tocan para elisa reivindicar los lúbricos pezones a la espera entreabir los labios sin pronunciar saliva y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos sabe vagabundear por la tristeza.