Aquí también. Aquí, como en el otro confín del continente, el infinito campo en que muere solitario el grito; aquí también el indio, el lazo, el potro.
Aquí también el pájaro secreto que sobre los fragores de la historia canta para una tarde y su memoria; aquí también el místico alfabeto
de los astros, que hoy dictan a mi cálamo nombres que el incesante laberinto de los días no arrastra: San Jacinto
y esas otras Termópilas, el Álamo. Aquí también esa desconocida y ansiosa y breve cosa que es la vida.