De la suma de cosas del orbe ilimitado vislumbramos apenas una que otra. El olvido y el azar nos despojan. Para el niño que he sido, el Perú fue la historia que Prescott ha salvado.
Fue también esa clara palangana de plata que pendió del arzón de una silla y el mate de plata con serpientes arqueadas y el embate de las lanzas que tejen la batalla escarlata.
Fue después una playa que el crepúsculo empaña y un sigilo de patio, de enrejado y de fuente, y unas líneas de Eguren que pasan levemente
y una vasta reliquia de piedra en la montaña. Vivo, soy una sombra que la Sombra amenaza; moriré y no habré visto mi interminable casa.