Cuando el silencio canta con su mejor sollozo, con su peor susurro, un día, soy poeta de ojazos amarillos.
Otro día, sarcástico bufón de ojos azules -áridos, fríos, duros-: seco gelasmo-burla, torva pirueta-guiño.
Otro día, mis ojos, los mis ojos sardónices, los mis ojos sardónicos zabúllense en los tuyos: en tus ojos de mieles -sobre tumbos de algas de relente marino-.