Tú me llevas, conciencia plena, deseante dios, por todo el mundo. Y en este mar tercero, casi oigo tu voz; tu voz del viento ocupante total del movimiento; de los colores, de las luces eternos y marinos. Tu voz de fuego blanco en la totalidad del agua, el barco, el cielo, lineando las rutas con delicia, grabándome con fúljido mi órbita segura de cuerpo ***** con el diamante lúcido en su dentro