Como en la noche, el aire ve su fuente oculta. Está la tarde limpia como la eternidad. La eternidad es solo lo que sigue, lo igual; y comunica por armonía y luz con lo terreno.
Entramos y salimos sonriendo, llenos los ojos de totalidad, de la tarde a la eternidad, alegres de lo uno y lo otro. Y de seguir, de entrar y de seguir. Y de salir...
(Y en la frontera de las dos verdades exaltando su última verdad, el chopo de oro contra el pino verde, síntesis del destino fiel, nos dice qué bello al ir a ser es haber sido).