¡Los árboles deslumbrantes del otoño, por la tarde, en esos parajes limpios del campo, cuando se han ido todos, y no queda mas que uno con la soledad!
¡Las cosas que ellos nos dicen! ¡Los inmensos imposibles que nos trasparentan! -¡Oro eterno nos quema los ojos!- ¡No acaba la hoja con sol ante nuestro corazón!