Eternidad, belleza sola, ¡si yo pudiese, en tu corazón único, cantarte igual que tú me cantas en el mío las tardes claras de alegría en paz! ¡Si en tus éstasis últimos, tú me sintieras dentro embriagándote toda, como me embriagas todo tú! ¡Si yo fuese, inefable, como tú en mi instantánea primavera, olor, frescura, música, revuelo en la infinita primavera pura de tu interior totalidad sin fin!