Si ahora vinieras con tus flautas, con tus rebaños de aguas grises, si tuvieras figura humana, brazos duros para dormirme, y no estas flores amarillas que solo dejan presentirte, y no esta brisa que nos roza como unos dedos invisibles, y no esta luz, que no sabemos si es que te quejas o te ríes…
Si me llamaras a tu lado, todo: las horas vagas, tristes, la soñolienta calma, todo lo dejaría por seguirte; si ahora volvieras, primavera, si te me hicieras hoy visible, si a mí llegaras de muy lejos entre unos álamos flexibles...