Me quedaría en todo lo que estoy, donde estoy. Quieto en el agua quieta; de plomo, hundido, sordo en el amor sin sol. ¡Qué ansia de repetirse en esto que está siendo! ¡Qué afán de que mañana sea nada más que llenar otra vez al tenderte ese hueco que deja hoy exacto en la arena tu cuerpo! Ni futuro, ni nuevo el horizonte. Esto apretado y estrecho: tela, carne y el mar. Nada promete el mundo: lo da, lo tengo ya. Nunca me iré de ti por el viento, en las velas, por el alma cantando, ni por los trenes, no. Si me marcho será que estoy viviendo contra mí.