¡Pronto, la luz, pronto, pronto!
Un negror agazapado
salta de los horizontes
y me confunde la vida.
Las seguridades dulces,
distancias, perfiles, formas
de un revuelo se las lleva.
¡Colores, colores míos,
amarillo, verde, rojo,
arrebatados cautivos,
en cárcel de nueve horas!
Aquel paisaje tan firme
¿cómo se rindió tan pronto?
¡Resístete, variedad
amada, tú, no te dejes,
no me dejes solo
en lo *****, raso, uno!
Con una vuelta a la llave,
en visiones de cien metros,
fragmentado, alegre, vivo,
los faros
me devolvieron al mundo.