Érase el mes de más hermosos días, y por quien más los campos entretienen, señora, cuando os vi, para que penen tantas necias de Amor filaterías. Imposibles esperan mis porfías, que como los favores se detienen, vos triunfaréis cruel, pues a ser vienen las glorias vuestras, y las penas mías. No salió malo este versillo octavo, ninguna de las musas se alborote si antes del fin el sonetazo alabo. Ya saco la sentencia del cogote, pero si como pienso no le acabo, echárele después un estrambote.