Por aquí pasa un río. Por aquí tus pisadas fueron embelleciendo las arenas, aclarando las aguas, puliendo los guijarros, perdonando a las embelesadas azucenas...
No vas tú por el río: es el río el que anda detrás de ti, buscando en ti el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas de prisa, el río se apresura. Si vas despacio, el agua se remansa.