Todavía un instante, mientras todo se apaga, la piedra que recoge lo que el cielo desdeña, esa mancha de luz para cuando no quede, un poco de calor para cuando la noche...
Todavía un instante, mientras todo se pierde, la memoria que guarda la belleza de un rostro, esos ojos lejanos que derraman su claridad aquí, tan dulce y leve, este amor obstinado para cuando el olvido...
Pero el olvido nunca:
un instante final que se transforma en siempre, la luz sobre la piedra, la mirada que dora tenuemente todavía -después de haber miradola penumbra de un sueño...