Allá en la playa quedó la niña. ¡Arriba el ancla! ¡Se va el vapor! El marinero canta entre dientes. Se hunde en el agua trémula el sol. ¡Adiós! ¡Adiós!
Sola, llorando sobre las olas, mira que vuela la embarcación. Aún me hace señas con el pañuelo desde la piedra donde quedó. ¡Adiós! ¡Adiós!
Vistió de ***** la niña hermosa. ¡Las despedidas tan tristes son! Llevaba suelta la cabellera y en las pupilas llanto y amor. ¡Adiós! ¡Adiós!