Aquí, junto al mar latino, digo la verdad: siento en roca, aceite y vino, yo mi antigüedad.¡Oh, qué anciano soy, Dios santo, oh, qué anciano soy!... ¿De dónde viene mi canto? Y yo, ¿adónde voy?El conocerme a mí mismo ya me va costando muchos momentos de abismo y el cómo y el cuándo...Y esta claridad latina, ¿de qué me sirvió a la entrada de la mina del yo y el no yo?...Nefelibata contento, creo interpretar las confidencias del viento, la tierra y el mar...Unas vagas confidencias del ser y el no ser, y fragmentos de conciencias de ahora y de ayer.Como en medio de un desierto me puse a clamar; y miré el sol como un muerto y me eché a llorar.