Convengo de cualquier modo. No son raras hoy las víctimas, y es preciso, en el mercado donde todo se cotiza,
que se derrame y se busque el material de la orgía... Pero una madre, ¡una madre! a su hija, Dios santo, ¡a su hija! ¡Oh, Alfredo de Musset! Dime si Rolla regateó con el diablo la tarifa, o con la madre monstruo tiró dados sobre el desnudo cuerpo de la niña.