Un castillo de blancas azucenas donde una mano leve coloque entre armonías y rumores rocío transparente; un rayo misterioso de la luna empapada en el éter; un eco de las arpas que resuenan y el corazón conmueven; un beso de un querube en tus mejillas; algo apacible y leve, y escrita sobre la hoja de albo lirio, una rima de Bécquer.