Amo tu delicioso alejandrino como el de Hugo, espíritu de España; éste vale una copa de champaña como aquél vale «un vaso de bon vino».Mas a uno y otro pájaro divino la primitiva cárcel es extraña; el barrote maltrata, el grillo daña, que vuelo y libertad son su destino.Así procuro que en la luz resalte tu antiguo verso, cuyas alas doro y hago brillar con mi moderno esmalte;tiene la libertad con el decoro y vuelve, como al puño el gerifalte, trayendo del azul rimas de oro.