Yo vi la grande y alta jerarquía Del Magno, invicto y santo Rey Tercero En esta casa, y conocí Lucero Al que en sagradas Púrpuras ardía. Hoy, desierta de tanta Monarquía Y del Nieto, magnánimo heredero, Yace; pero arde en glorias de su acero, Como en la pompa que ostentar solía. Menos envidia teme aventurado Que venturoso: el Mérito procura, Los Premios aborrece escarmentado. ¡Oh amable, si desierta Arquitectura, Más hoy, al que te ve desengañado, Que cuando frecuentada en tu ventura!