Al bastón que le vistes en la mano Con aspecto Real y floreciente, Obedeció pacífico el Tridente Del verde Emperador del Oceano. Fueron oprobio al Belga y Luterano Sus órdenes, sus Armas y su gente; Y en su consejo y brazo, felizmente Venció los Hados el Monarca Hispano. Lo que en otros perdió la cobardía, Cobró armado y prudente su denuedo, Que sin victorias no contó algún día. Esto fue don Fadrique de Toledo. Hoy nos da, desatado en sombra fría, Llanto a los ojos, y al discurso miedo.