Si hija de mi Amor mi Muerte fuese, ¡Qué parto tan dichoso que sería El de mi Amor contra la vida mía! ¡Qué gloria, que el morir de amar naciese! Llevara yo en el alma adonde fuese El fuego en que me abraso, y guardaría Su llama fiel con la ceniza fría En el mismo sepulcro en que durmiese. De esotra parte de la muerte dura Vivirán en mi sombra mis cuidados, Y más allá del Lete mi memoria. Triunfará del olvido tu hermosura; Mi pura fe y ardiente, de los hados; Y el no ser, por amar, será mi gloria.